lunes, 23 de junio de 2014

Peluquería canina. El presente

La concienciación de la sociedad sobre las necesidades de higiene y cuidados de nuestros compañeros caninos ha generado una creciente demanda de servicios de baño y corte, especialmente del perro doméstico o de compañía.
Esta demanda ha hecho crecer el número de centros dedicados a esta labor, ha propiciado la continua mejora del diseño y la eficiencia de las herramientas, ha generado una evolución en la cosmética canina y mas recientemente ha propiciado un enorme incremento en la oferta de formación especializada.



Tras un pasado cercano en el que iniciarse en este oficio constituía un enorme esfuerzo en la búsqueda de información y una gran capacidad de observación y análisis de los arreglos presentados en las exposiciones de belleza, un tiempo en el que los conocimientos se ocultaban como un tesoro a quienes pretendían iniciarse profesionalmente hemos pasado a vivir un momento en el que la información fluye libre y en gran cantidad, en el que los peluqueros expertos comparten la sabiduría acumulada en años de trabajo, un tiempo en el que lo difícil es elegir entre tanta oferta formativa y de tan variada calidad.

Asistimos a la entrada en el sector de personas que sin la debida y necesaria formación previa realizan servicios que podemos considerar como poco profesionales o imitaciones incorrectas de los arreglos mas adecuados.  

Ha variado la trayectoria profesional en el inicio de los nuevos peluqueros en relación a la tradicional vía de acceso ya que a diferencia del pasado nos encontramos a menudo con profesionales que nunca han tenido contacto previo con el mundo de la cría y exposición de belleza canina cuando este era un requisito y una condición generalizada en el pasado. Este cambio generacional seguramente está produciendo muchos cambios en la relación entre el mundo de la exposición y cría y el de la peluquería canina considerada por algunos como “comercial”. De hecho son cada vez mas los nuevos profesionales que rechazan y procuran distanciarse de quienes consideran como vendedores de animales aunque también son muchos quienes se introducen en las exposiciones caninas tras sus inicios en la peluquería.

Muchos salones de peluquería canina se independizan dejando de ser un servicio complementario integrado en tiendas de animales y centros veterinarios, nuevos emprendedores siguen el ejemplo y se abren centros dedicados principalmente a la higiene, estética y cuidado del perro con una pequeña oferta complementaria en cosmética y alimentación especializada, la especialización está resultando ser muy eficiente para la supervivencia empresarial especialmente en los primeros años de actividad.

Las peluquerías modernas han ido incorporando nuevas herramientas y maquinas que simplifican considerablemente el trabajo. 
Los secadores, expulsadores y cabinas reducen el tiempo de secado mejorando la eficiencia del servicio. 
Las esquiladoras se han desconectado de sus cables haciéndose mas ligeras y permitiendo un uso mucho mas comodo y ergonómico. 
Las tijeras han mejorado sensiblemente la definición de su corte y acabados incorporando aceros de calidad, aligerando su peso, mejorando el equilibrio, incorporando nuevos diseños como el off set y se ha extendido el uso de las tijeras curvas y las imprescindibles tijeras de esculpir.
Han aparecido nuevos utensilios como los deslanadores (King Coat, Furminator…), cardas flexibles y otras que denotan una evolución del diseño las herramientas tradicionales. 

La cosmética moderna se ha puesto al servicio del cuidado del perro y son muchos los fabricantes de cosmética humana que desarrollan y ofrecen productos basados en los mismos principios y componentes naturales pero adaptados a las características propias de los canes.
Para el profesional resulta muy difícil hoy en día decidirse por una marca en concreto ya que la calidad y composición de los productos de gama alta es muy similar y la oferta muy extensa.
El peluquero canino actual dispone de una gran variedad de marcas que desarrollan productos altamente especializados y a menudo específicos que debe conocer, probar y seleccionar además de mejorar sus conocimientos en dermocosmética.
Champus, acondicionadores, mascarillas, perfumes, texturizadores y voluminizadores permiten además de hidratar el pelo dar volumen o alisar, mejorar la pigmentación, tratar problemas dermatológicos, proporcionar un buen aroma y todas las ventajas de la cosmética moderna.
A todos estos productos se une la cada vez mas frecuente aplicación de color y otros complementos ornamentales.

El color en nuestros perros presentado desde un pequeño detalle o tatoo hasta creaciones mas atrevidas que hace un tiempo estaba límitado a competiciones o exhibiciones es ahora un fenómeno o una moda en expansión y una nueva oferta de servicio en los salones mas especializados.

Tras años de seguir escrupulosamente en los diferentes arreglos las indicaciones expresadas en los distintos estandars raciales, rechazando fervorosamente cualquier iniciativa que no fuera considerada como ortodoxa aparece de pronto otra visión, otra forma de practicar el oficio basada en nuevos criterios estéticos y bajo un punto de vista diferente y lejano. En varias partes del continente asiático comienzan a incluir su propio gusto y criterio en el corte de pelo canino, aparecen fotos y se expanden rápidamente por la red con arreglos que a menudo recuerdan personajes del Manga y que rompen con la ortodoxia oficial.
Sin saber aún como definirlos asistimos a nuevas creaciones desarrolladas por peluqueros coreanos, japoneses y últimamente chinos que nos sorprenden con una creatividad enorme a la hora de crear nuevos cortes que transforman a sus clientes en muñecos muy atractivos como animales de compañía.
Numerosos profesionales que podíamos denominar “de la vieja escuela” aplauden y asumen este nuevo estilo que rompe con todos los convencionalismos de la peluquería canina clásica y que va en camino de convertirse en una alternativa mas para perros domesticos o de compañía y puede que incluso acabe convirtiéndose en una categoría de competición mas.

Aumenta el número de competiciones para peluqueros caninos en las que poner a prueba la destreza, los conocimientos y el control del estres que supone la realización de un servicio al máximo nivel posible bajo la atenta y crítica mirada de jueces y público. Esta es una experiencia muy recomendable para cualquier peluquero canino ya sea con el animo de competir o simplemente participar y superar una prueba que aporta confianza y solvencia profesional.

Ha mejorado considerablemente la consideración y el trato hacia los clientes de cuatro patas y son cada vez mas los profesionales comprometidos con la realización de sus servicios en la empatía y el respeto reduciendo el nivel de estrés que sufren muchos de los animales a su cuidado y mejorando las vías de comunicación con los mismos.
Esta forma de entender y desarrollar los servicios de higiene y estética canina se ha denominado peluquería canina en positivo y es una opción que facilita considerablemente la relación entre el profesional y el animal a su cuidado restando la negatividad a experiencia de acudir a la peluquería canina como consecuencia de los condicionantes previos y otros propios del servicio y que genera en el profesional una gran satisfacción personal.

La mejora del conocimiento del pelo, los ciclos de crecimiento y regeneración del manto canino y su función protectora ha propiciado entre los profesionales una creciente corriente de opinión contraria al rasurado indiscriminado que se realizaba por costumbre o por causas evidentemente erróneas como el calor veraniego o problemas percibidos por los propietarios como la caída de pelo por casa.
Está demostrada la negatividad de estas prácticas en determinados tipos de pelaje y la escasa o nula eficiencia en la mayoría de los diferentes tipos de manto canino.
Resulta como poco curioso que sean los profesionales que se supone que viven gracias a la práctica del esquilado estacional quienes muestren una mayor oposición a estos servicios, este fenómeno debería hacernos pensar en la ética profesional de cada cual y en la necesidad de la creación de un Código de Buenas Prácticas en la peluquería canina.

Con la información de la que disponemos ahora los peluqueros caninos y con todos los avances que se están produciendo deberíamos asistir a una evolución en nuestra profesión, una evolución que propiciara la necesaria unión del colectivo y la regulación profesional y formativa pero este proceso se ve obstaculizado por una serie de problemas.





domingo, 15 de junio de 2014

Peluquería canina. El pasado.


El oficio de peluquero canino surge de la necesidad de mantenimiento y cuidado del pelaje de unos animales con los que el hombre comparte desde hace mucho tiempo casa y a menudo trabajo, animales sometidos a una reproducción dirigida destinada a favorecer y fijar determinas características morfológicas y acentuar o atenuar rasgos de su comportamiento según nuestro propio criterio e interés.

Los humanos hemos seleccionado a partir de un animal, el lobo, durante generaciones formas y comportamientos en base a nuestro criterio estético e interés funcional y como consecuencia de esta modificación han surgido animales que responden a una misma denominación, el perro,  con grandes diferencias ya que no existe otro animal que presente tantas variaciones y a menudo con unas características que le generan una dependencia absoluta del humano para su supervivencia y bienestar. Dependientes

Al principio eran los propietarios de perros de utilidad como pastores y cazadores quienes se dedicaban a la selección de las características que consideraban mas adecuadas quienes cuidaban de sus perros procurando que el pelaje de los mismos no supusiera un obstáculo en su tarea seleccionando mantos resistentes a la intemperie, protectores y eficientes en el entorno de trabajo. Por lo general los mantos de estos perros requerían de pocos cuidados y en su caso el mantenimiento de su correcto equilibrio era asumido por sus propietarios.

Los perros denominados como de compañía eran considerados un lujo solo al alcance de los mas pudientes y su cuidado solía correr a cargo de los sirvientes o empleados a cargo de caballos y cuadras.
A medida que modificábamos nuestro entorno aparecían y se fijaban nuevas razas caninas en un proceso que se aceleró considerablemente desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX con la creación de clubs de razas y la proliferación de las exposiciones de belleza canina destinadas a promover la cría de las mismas dentro de unas reglas recogidas en los distintos standards raciales.


En algunas ciudades aparece un nuevo oficio que es el origen de la peluquería canina moderna, son los esquiladores quienes ofrecen sus servicios en plena calle o a domicilio en unas condiciones bastante precarias y con unos medios muy rudimentarios los encargados de mantener el pelaje de sus clientes en buenas condiciones y quienes generalizaron el rasurado del manto canino como una práctica adecuada.




Es a mediados del siglo pasado cuando las distintas razas existentes y las de nueva creación comienzan a entrar en multitud de hogares integrándose en las familias, la cría y venta de perros de raza crece exponencialmente.
Estos perros requieren una higiene y un cuidado que resulta complicado realizar en casa lo cual genera un aumento en la demanda de servicios especializados en su adecuado mantenimiento y cuidado.




Ante tal demanda son los criadores y aficionados a las exposiciones caninas quienes debido a su experiencia comienzan a ofrecer sus servicios, a estos se suman algunos veterinarios e incluso profesionales de la peluquería humana aficionados al mundo del perro y comienzan a abrirse salones de peluquería canina o servicios de peluquería en tiendas de animales y consultas veterinarias. Se desarrollan nuevas herramientas que facilitan el trabajo y aparece la maquina que revoluciona la profesión, la esquiladora eléctrica reduce el esfuerzo mejorando los acabados.

PROXIMA ENTREGA:
Peluquería canina. El presente.